Jonatán nace en Puerto Rico en 1984, ha sido publicado en diferentes revistas y antologías internacionales. Es finalista del premio internacional de poesía Pilar Fernández Labrador, 2016 por su libro Filmina y en 2018 gana el XI Premio Internacional de Poesía Gastón Baquero. Su poesía ha sido traducida al inglés, griego e italiano.
Sus versos de profundidad expresiva proponen un enfrentamiento con la cotidianidad partiendo desde la palabra: “Nací muy cansado como para salir bailando de la nada / pero puedo maniobrar mi caída al suelo”. Se destaca como uno de los mejores poetas de su época. Su poesía es auténtica, directa, intensa: “Estoy en los últimos estragos del invierno / terriblemente obsoleto, entre lo arcaico del paisaje / entrando descascarado a la primavera.”
Contribuye con la devastación poética de la vida, habla de muerte destrucción, períodos de romanticismo con misterio, juego, imágenes, ilusión y lo concretiza todo con su obra poética.
Rocio Bolanos
Signo de Julio
la sed de julio fue un alivio
la bifurcación en el tiempo
donde la danza nunca ocurrió
la retrospectiva, la delicada arruga
como una orilla de un labio muerto
o de una ruina que crea una memoria
donde se forma otra raza de elementos
fingiendo una condición humana
en medio del efluvio de la ceniza
perdíamos la gracia y el verano
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hemos predicho esta zona fingida
la insensatez de lo que se despega
la herida viva hasta su trascendencia
pero / digamos que seguimos siendo
perros de sol que se descascaran con
el trueno / que el silencio dispone
lo insólito a la redonda / que
la belleza irradia en su derrumbe
esta clarividencia que nos vincula es
la dilatación de tu cuerpo cuando se
tuerce en el mío / desliz de tu carne
reproducción de un futuro que sutura
las cáscaras como si fuesen augurios
diríase la nada es el dorso de otra caricia
la corteza retiembla en su traslado
el ramaje nos presagia / que un fin fuese
absurdo / pues la vida reinicia en su trance
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el pasado sigue cambiando / y de manera constante
de a pocas va borrando todo como lo conocíamos
como si fuese humo / un humo que reescribe su
consistencia sobre un paisaje inmóvil / programado
para conservarse en esa área distante / así como
nuestros ancestros / o los datos / o las estadísticas
o los días de verano sobre la arena accidental.
todo sigue cambiando adentro o afuera. igual
la mente también influye en ese trastorno de
pasado. como modelo:
sitúa dos individuos (individuo a. individuo b)
en una plaza mientras disfrutan del tibio arrullo de
la sombra que se desboca. ahora separa cada sujeto
transpórtalos a su plaza individual / separa cada
mente. primero / el individuo a sólo ve una porción
vaga / casi enferma / de ese momento. ahora mismo
el individuo a / ha editado el pasado del individuo b.
ya nada es como lo conocía el individuo b / pero
aun así / él tiene su propia versión del pasado:
su pasado intrínseco. el individuo b percibe una
cadencia inhumana en la posición de las cosas
como si se subordinaran entre ellas / y ninguna
sin la otra / pudiesen existir. de esa manera
el individuo b ha creado otro suceso donde ni
siquiera el individuo a / existe / o simplemente
nunca existirá.
lo que no cabe duda / es que ahora mismo
los dos anidan entre la negrura oblonga de un
desasosiego / allí / el pasado es únicamente
un artificio de la razón / un simulacro lúcido.
pero al mismo tiempo existe la permanencia del
instante / de lo redactado / de los ecos indóciles
de lo indeleble como una lumbre que influye
sobre sí misma y en todo lo que incendia
y puede darle el orden que desea a las formas