Osvaldo Sauma (Costa Rica)

Osvaldo Sauma (Costa Rica)
 
 

Osvaldo Sauma es sinónimo de poesía: una vida entregada al verso y una búsqueda de sí mismo en el rigor armónico de la palabra que expresa ilusión y desencanto, límites vitales del hombre soñador que lame en silencio/ la costra de sus batallas. Exiliado del mundo de los sueños, la poesía es su medio para cantar asombros y poner reclamos; el trámite para exorcizar las zancadillas de la vida real. Sauma es un ícono de la poesía costarricense: un bohemio aferrado con coherencia a la aparente incoherencia de la poesía. Su voz es lírica, nostálgica, sutilmente “kaváfica”; nombra las cosas, los hechos y el transcurrir del tiempo como si pertenecieran a una vida pasada. Las sombras errantes le recuerdan que la vida terrenal es tan sólo una etapa. Trata de explicarse a sí mismo lo inexplicable de su oficio: muchos no entienden/ por qué la noche vierte los verbos/ y se obstina en su evocación/ con furor generoso// no saben que somos un río/ que persigue a un río/ y canta sus esguinces// no saben que la palabra/ es un pájaro imperioso… Ama de un amor que lo traiciona: la noche fue un abismo/ que construimos juntos/ una caída/ en los desiertos de la nada/ una fuga/ entre los bosques del delirio/ alguna siempreviva/ que el mar no revivió… La voz de su conciencia social se escucha fuerte y clara: que nadie se vaya impune de esta fiesta… que no se salve nadie si no nos salvamos todos.

En Italia Sauma cuenta con un libro bilingüe editado por Rayuela Ediciones en 2014, titulado Utopia del solitario.

 

Zingonia Zingone

 
 
 
 
Muchacha furtiva
en vos se resumen
las mujeres de mi pasado
se concilian Eva y Lilith
Beatriz y Perséfone
y todos los ríos mozárabes
que llevo dentro
llegan hasta tus playas
fervorosos
 
no hay cuerpo
como tu cuerpo
aderezado
a la medida de mi deseo
esculpido entre los siglos
por las copulaciones anteriores
y los genes
que preceden nuestra memoria
 
de algún modo tu piel
tiene origen en el fuego
y de tus senos emana el Maná
que aplaca los apetitos
el alimento con que los dioses
crecían en el alto Olimpo