Poeta español, nacido en Huelva. Es figura clave de la poesía occidental contemporánea. Ganador del Premio Nobel de la Literatura en el año 1956. Presenta en su obra una visión enigmática que oscila entre la realidad y el sueño, gira alrededor de temas como la muerte, la noche, la naturaleza y la verdadera identidad de quien escribe: “Yo me moriré, y la noche / triste, serena y callada, / dormirá el mundo a los rayos / de su luna solitaria.”
Sus versos viven una nostalgia eterna, con un lenguaje fino y lleno de imágenes: “soledad de domingo, vagas por mis jardines, / del árbol a la yerba, de la yerba a la fuente / llena de hojas de oro y caídos jazmines…” Juan Ramón muestra en encanto de la tristeza con un léxico sentimental.
Poemas breves de gran profundidad, calca un ideal de pureza y eternidad; lleva a sus lectores a una interiorización de la conciencia a partir de la realidad externa. Eso es Juan Ramón, la elevación de la vida a través de la poesía: “A veces, me ahoga el mar el corazón, / hasta los cielos mismos. / Mi corazón ahoga el mar, a veces, / hasta los mismos cielos.”
Durante el exilio en América se acerca a la dimensión mística y cósmica de su poesía, vive una plenitud directamente relacionado con un pensamiento del todo idealista y metafísico y crea versos con un ritmo impactante: “Dios del venir, te siento entre mis manos, / aquí estás enredado conmigo, en lucha hermosa / de amor, lo mismo / que un fuego con su aire.”
Jiménez pertenece a la Generación del 14, sin embargo, con su trabajo y su compromiso con movimientos de renovación poética obtiene una influencia por ejemplo en la Generación del 27 y es modelo de referencia para diferentes autores contemporáneos y vanguardistas. Al mismo tiempo, exploró varios causes lingüísticos en su obra poética y en prosa: “Mi prosa es tan abundante como mi verso, o más / y ha sido siempre como paralela a mi verso” y antes de morir, gracias a uno de sus títulos nace el subgénero literario “figuraciones”. Durante su carrera poética, su estilo se ve más depurado, directo; predomina el reflejo del alma del poeta: Mi prosa es tan abundante como mi verso, o más y ha sido siempre como paralela a mi verso: “Yo no seré yo, muerte, / hasta que tú, en tu turno, vistas / de huesos pálidos mi alma.”
Juan Ramón Jiménez fue y sigue siendo importante, por la pureza de su poesía, el estilo, la precisión expresiva, el utilizo de las formas, ritmos y recursos estilísticos.
Rocio Bolanos
Al amanecer
VOCES DE MI COPLA y CANCIONCILLAS IDEALES
II – LA FUSIÓN
Al amanecer,
el mundo me besa
en tu boca, mujer.
Cárcel
La media puesta de sol
tiñe con su grana de oro
mi otro medio corazón.
Nostalgia
Al fin nos hallaremos. Las temblorosas manos
apretarán, suaves, la dicha conseguida,
por un sendero solo, muy lejos de los vanos
cuidados que ahora inquietan la fe de nuestra vida.
Las ramas de los sauces mojados y amarillos
nos rozarán las frentes. En la arena perlada,
verbenas llenas de agua, de cálices sencillos,
ornarán la indolente paz de nuestra pisada.
Mi brazo rodeará tu mimosa cintura,
tú dejarás caer en mi hombro tu cabeza,
¡y el ideal vendrá entre la tarde pura,
a envolver nuestro amor en su eterna belleza!
Azucena y Sol
Nada me importa vivir
con tal de que tú suspires,
(por tu imposible yo,
tú por mi imposible)
Nada me importa morir
si tú te mantienes libre
(por tu imposible yo,
tú por mi imposible)
Yo no soy yo
Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.
