Adalber Salas Hernández (Venezuela) – ita/espa


 
 

IV
(Tubinga, un mese qualsiasi)

 
Non sono mai stato a Tubinga,
né ho camminato insieme alle sua acque e le
sue case. Non saprei dire come arrivare
a la torre dove Hölderlin firmava
le poesie che Celan avrebbe scritto molto
dopo, in un tedesco che era come
una regione separata dallo spazio, in lite
con il tempo, un territorio di accavallamenti
insperati, di cesure e occhi
implacabili. Non ho mai imparato a parlare tedesco,
no ho il passaporto che mi permetterebbe
attraversare questo paese di sillabe abbaglianti,
fondato da solo
due persone, questa nazione non dichiarata, di
contrabbando, che moltiplica le sue ombre
con ogni nuova traduzione. Se mi lascassero
piantato a Tubinga, non saprei dire
nemmeno il nome del posto, non
saprei dire Tübin-
Tübin-
Tübingen.
La parola mi morderebbe la linua.
Parola coccodrillo di fiumi imprevedibili,
serpente dei mare che si ampliano
sonnolenti, sonori, sotto il palato.
Parola affamata di bocche
che la pronuncino. Tü-bin-
gen. Tü-bin-gen. Tü-
s’attorciglia dietro le labbra, depone
uova nell’oscurita della saliva,
nel nido inquieto della voce. Mai
sono stato in questa parola, non saprei
dire come arrivarci, né alla torre,
ne a la terra che conserva la poesia
quando quello che resta è un tempo di penuria.
 
 
 
 
 
 

IV
(Tubinga, un mes cualquiera)

 
Nunca he estado en Tubinga,
ni he caminado junto a sus aguas y sus
casas. No sabría decir cómo llegar
a la torre donde Hölderlin firmaba
los poemas que Celan escribiría mucho
después, en un alemán que era como
una región desasida del espacio, peleada
con el tiempo, un territorio de encabalgamientos
inesperados, de cesuras y ojos
implacables. Nunca aprendí a hablar alemán,
no tengo el pasaporte que me permitiría
transitar ese país de sílabas encandiladas,
fundado tan sólo por
dos personas, esa nación no declarada, de
contrabando, que multiplica sus sombras
con cada nueva traducción. Si me dejaran
varado en Tubinga, no sabría decir
siquiera el nombre del lugar, no
sabría decir Tübin-
Tübin-
Tübingen.
La palabra me mordería la lengua.
Palabra cocodrilo de ríos imprevistos,
serpiente de los mares que se encharcan
somnolientos, sonoros, bajo el paladar.
Palabra hambrienta de bocas
que la pronuncien. Tü-bin-
gen. Tü-bin-gen. Tü-
se enrosca detrás de los labios, pone
huevos en la oscuridad de la saliva,
en el nido inquieto de la voz. Nunca
he estado en esta palabra, no sabría
decir cómo llegar a ella, ni a la torre,
ni a la tierra que guarda el poema
cuando lo que resta es tiempo de penuria.
 
 
(Poema perteneciente a La ciencia de las despedidas)
 
 
Traduzione di Antonio Nazzaro